domingo, 5 de agosto de 2007

las raíces del JUDAISMO son propias o ajenas?

¿Tendrán influencias babilónicas, asirias, caldeas, persas, indúes griegas o de alguna cultura antigua en su religión?

Lo de creerse un pueblo elegido es muy común en casi todas las culturas mal llamadas primitivas...aunque en el caso judío es extraño que eso haya perdurado.

Algunas veces los egiptólogos han podido comprobar que la literatura bíblica está emparentada con la literatura egipcia: el salmo CIV, por ejemplo, puede compararse al himno a Atón atribuido a Amenofis IV, sobre todo los versículos 20-26 y 29-30, compuestos en el siglo XIV AC"

Sigmund Freud, fascinado por Moisés, aseguraba que de ser millonario, financiaría las excavaciones arqueológicas de Tell el-Armana, la antigua Aket-Aton. «Me gustaría aventurar esta conclusión: si Moisés fue egipcio, si transmitió su propia religión a los judíos, fue la de Akenaton, la religión de Aton».

Leyendo el cantar de Gilgamesh (2.750 A.C.), la mitología de Babilonia,los textos acadios, etc vemos fragmentos de la "vida de jesus" y los orígenes de los hebreos. Por ej: un acto de canibalismo donde un semidios se deja comer por sus seguidores "liberándolos de culpa", en fin...

Las raices del judaismo son ajenas... y MULTIPLES. Son una amalgama de influencias recibidas a lo largo de muchos años muchos años. Recordemos por ejemplo a este pueblo desterrado en Babilonia, esclavo en Egipto, dominado por Roma que a su vez está influenciada por Grecia...
De hecho las diferentes partes de la Biblia responden a cada una de esas tendencias y a veces se contradicen.

En 539 BCE, Ciro El Grande, emperador de Persia, conquista a Babilonia. El efecto de esta conquista en la cautividad judía influirá en la historia mundial. Ciro era un creyente Zoroastriano. Gobernó con benevolencia y sacacidad. Para los judíos acostumbrados al gobierno babilónico, mucho más áspero, esta indulgencia fue una salvadora sorpresa. Ciro, se dispuso a corregir los males causados por los babilónicos en sus víctimas derrotadas. Serian los judíos los que habrían de hacer esta política de Ciro famosa. Pero escuchemos a la Biblia:

"Y Él (Yahweh) dice de Ciro; Él es mi pastor, y él logrará todo lo que yo quiero, él dirá a Jerusalén que se construya y sus ruinas quedaran reconstruidas. Así es que Yahweh dice a Su ungido, a Ciro, Yo lo he tomado por su mano derecha, para que él pueda someter a las naciones delante de el y para que pueda deshacer el sustento de reyes; para tener las puertas abiertas delante de el, las cuales puertas no se cerrarán. Yo iré delante de el, y yo enderezaré todas las curvas en sus caminos; Yo quebraré en pedazos las puertas de bronce (para él) y (para él) yo estrellaré cerraduras de hierro. Yo le daré los tesoros ocultos, y los secretos más defendidos... " Isaías 44:28 - 45:3. (NRSV) VEMOS QUE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO UN REY PAGANO ES LLAMADO "EL UNGIDO DE DIOS"...

El JUDAISMO es una gran tragedia?

Para Levinas el vínculo entre lo griego y lo judío es insoslayable.

Dejando de lado la eterna discusión sobre la real o imaginaria existencia de Moisés, Santiago Kovadloff afirma que el judaísmo tiene un IRREMEDIABLE ESPÍRITU TRÁGICO.

La Expulsión del Eden.
Moisés sin la dignidad del héroe y apartado por Dios quien le niega vivir en la Tierra Prometida.
Pienso en Lot, en Jonás, en Job, en el libro de las Lamentaciones...
El maltrato y el destierro permanente de un "pueblo elegido" lleno de guerras y guerrillas.
Pienso en el Juicio Final Judío, padre de los grandes juicios finales.

Pienso en la resistencia judía a divinizar al hombre...

Estoy hablando de tragedia en el sentido GRIEGO DEL TÉRMINO, y para ello me apoyo en pensadores judíos como el argentino Santiago Kovadloff autor del libro "Lo IRREMEDIABLE, Moisés y el Espíritu trágico de Judaísmo".

Una clave para acercase al pensamiento de Lévinas es la referida a la relación entre lo griego y lo judío. Como advierte Patricio Peñalver no se trata, como por cierto hemos acostumbrado a hacer en la tradición cultural occidental, de una relación entre lo filosófico y lo religioso: lo primero proveniente de Atenas, lo segundo de Jerusalén. Esta separación de género a fuerza de pedagógica y facilitadora resulta falsa. Lo griego y lo judío no son dos géneros limpiamente distintos y paralelos, sino «dos espacios en una misma página», convocados al exceso, a ir más allá de sí, a interpelarse y contaminarse, pero a no disolverse en una reconciliación traicionadora de ambos.



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