miércoles, 15 de agosto de 2007

¿Jesús existió hace 3000 años antes de Cristo?

JESUS 3000 AÑOS ANTES DE CRISTO, Autor: CARCENAC PUJOL, Claude Brigitte. Ed GRIJALBO-MONDADORI, España. 2003

Hechemos una mirada al libro de la historiadora Claude-Brigitte Carcenac Pujol:

El mito cristiano tiene precedentes claros y concretos en la mitología egipcia.
El Cristo descrito en los cuatro evangelios sinópticos es un precipitado de mitologemas anteriores. ¿Los evanfelios son sólo un cúmulo de tradiciones anteriores o los Lucas, Mateo, Juan y Marcos (suponiendo que existieran) "ambientaron" una historia real con los datos de su "sueño cultural"?.

El faraón del Antiguo Egipto: era considerado “hijo de dios”. El faraón era a la vez humano y divino: como luego Jesús. Su concepción le era anunciada a la madre: como luego la de Jesús. El faraón mediaba entre dios y los hombres: como luego Jesús… El faraón resucita: como luego Jesús. El faraón asciende a los cielos: como Jesús…¿Jesús, un clon del faraón?

El Padrenuestro se encuentra en un texto egipcio ¡del año 1.000 a.C.!, conocido como “Oración del ciego”. Y en ese mismo texto están, también, las que luego serán las Bienaventuranzas de Jesús...toda la teología del Antiguo Egipto asomará luego en Jesús. Ya el Antiguo Testamento (600 a.C.) está impregnado del monoteísmo del faraón Akenatón (1360 a.C.).

Punto por punto, raro es el pasaje novotestamentario que no tenga precedentes, a veces turbadores, en la religión egipcia y es un hecho evidente que la historia de estos dos pueblos antiquísimos, el hebreo y el egipcio, debieron tener a lo largo de los siglos múltiples contactos e intercambios. Mutuas influencias en ambos sentidos, que hacen difícil separar lo que es de cada cual. Al fin y al cabo los hinterland respectivos están muy cercanos, no olvidemos que la brecha de Suez es muy reciente en la historia.

El trabajo de quien escribe el libro es sistemático y abundan los cuadros comparativos donde se contrastan los cuatro evangelios cristianos con diversos mitos egipcios. Y las similitudes son, frecuentemente, turbadoras…

Es apasionante. ¿no es acaso san Pedro con sus llaves muy parecido al Anubis Psicopompo?

H. Brunner, entre otros, ya señaló hace tiempo que la narración de la infancia de Jesús en los evangelios es inimaginable sin la influencia de mitos egipcios.

La propia María, sería una Mirjam ("vidente" o "dama"), nombre egipcio que significa "La Amada de Amón".

La huída de Jesús y María hacia Belén recuerda sorprendentemente el viaje de Isis a las tierras del Delta, acogida finalmente en la casa de un modesto pescador.

Sorprende también la anunciación bíblica a los pastores, por cuanto, en Israel, era un gremio bastante desprestigiado y equiparado a los ladrones. De hecho su testimonio no era válido ante un tribunal. Así que resulta extraño que los ángeles los eligieran para "dar fe" de la llegada del Salvador.

También la ofrenda de oro, incienso y mirra, que hacen los Magos, pertenece al mundo egipcio, pues estas son las tres "emanaciones" o secreciones de los dioses.
Hasta la circuncisión parece tener un origen egipcio, aunque no estaba tan extendida como entre los judíos.

Pero es la fábula de Osiris la que más parecidos guarda con la vida de Jesús. Tantos que parece difícil no establecer el origen del mito cristiano en el antecedente egipcio.

La creencia en un Salvador o Mesías (llamado además, El Hijo del Hombre) es recurrente en Egipto, durante siglos.

También Horus (definido como El Camino, la Verdad y la Vida) recuerda mucho a Jesús y otro tanto podría decirse de la "pesca de almas" (representada incluso gráficamente en algunos bajorrelieves egipcios), del Juicio Final (con balance y pesaje de almas incluido), así como el Infierno y el Cielo.

Conceptos tan familiares al cristianismo como es la execración de las riquezas y la condena de los ricos, lo mismo que la exaltación de la pobreza, son también de origen egipcio: "Si una cosa te pertenece, da una parte a Dios, es decir a los pobres" y hay en el mundo nilótico conceptos muy semejantes a las Bienaventuranzas.

Hasta la comunión, con las dos especies, recuerda al consumo de la sangre de Osiris… sino fuera porque es idéntico a los ritos mitráicos, mucho más recientes ofrece su sangre en una copa de vino, a fin de que al beberla Isis no le olvide después de su muerte. El episodio es dramático y se parece muchísimo a la institución eucarística en la que Jesús, como Osiris, al tener presciencia de su muerte, teje, en un último símbolo, lazos postreros con sus allegados y los continuadores de su obra, los apóstoles. Los fieles egipcios, llegados al cielo, degustarán el "pan de la eternidad" y la "cerveza de la eternidad".

Podemos equiparar el episodio en el que el faraón Ramsés II durante una batalla se ve separado del grueso del ejército y está a punto de morir, con el episodio del monte de los Olivos. Ramsés se sienta abandonado de su padre Amón y se queje amargamente de su soledad (y aunque se ofrezca una comparación estructural: la soledad del personaje principal, el abandono de por sus compañeros, el peligro de muerte, la oración, los reproches dirigidos a los compañeros…)

Los ejemplos, en fin, son numerosos. Algunos de estos "mitologemas estructurales" son muy convincentes y evidencian una hermandad espiritual evidente.

La cultura egipcia la que puede darnos muchas claves de los mitos novotestamentarios.

Entrevista (extracto) a Llogari PUJOL TEÓLOGO ESPECIALISTA EN TEXTOS BÍBLICOS Y EGIPCIOS (De diario La Vanguardia - Barcelona, Esp. - 25/12/2001 - VÍCTOR-M. AMELA)
Pujol nació en Taradell, Barcelona. Fue sacerdote, esteólogo e investigó las fuentes egipcias de los evangelios. Está casado con la historiadora Claude Brigitte Carcenac.
Llogari Pujol amaba tanto a Jesús que le siguió al seminario de Vic: pasó allí 7 años, se hizo sacerdote. Pero él necesitaba saber más sobre Jesús, saberlo todo, y para eso se fue a la Universidad de Estrasburgo, se hizo teólogo, estudió durante 10 años textos bíblicos y egipcios, y aprendió demótico en la Sorbona (con madame de Cènival) para leer en textos originales. Descubrir que los evangelistas copiaban los textos egipcios le sacudió. Se casó con una compañera estudiante, y juntos escribieron “Jesús, 3.000 años antes de Cristo. Un faraón llamado Jesús” (Plaza & Janés): “Es un estudio, de hecho, de literatura comparada…”. Él prosigue, y clama: “¡Debería crearse ya en Cataluña un gran centro de estudios de las religiones!”

-Navidad: el niño Dios ha nacido.

-Pero no hace 2.000 años.

-Hay un desfase calendárico de tres o cuatro años, ¿no?

-No, no me refiero a eso: ¡yo le hablo de hace 5.000 años! La idea del niño dios nació 3.000 años antes de Cristo…

-¿Cómo? ¿A qué niño dios se refiere?

-¡Al faraón! A la figura del faraón del Antiguo Egipto: era considerado “hijo de dios”.

-No veo la relación entre el faraón y Jesús.

-Es esta: a Jesús se le atribuyeron las enseñanzas y los rasgos característicos del faraón.

-Bueno, quizá haya coincidencias, pero…

-¡Los paralelismos son infinitos!

-A ver.

-Ya 3.000 años a.C., el faraón era considerado hijo de dios: como luego Jesús. El faraón era a la vez humano y divino: como luego Jesús. Su concepción le era anunciada a la madre: como luego la de Jesús. El faraón mediaba entre dios y los hombres: como luego Jesús… El faraón resucita: como luego Jesús. El faraón asciende a los cielos: como Jesús…

-¿Jesús, un clon del faraón? Qué cosas…

-¿Se sabe usted la oración que nos dicen que Jesús creó y enseñó: el padrenuestro?

-Por supuesto: “Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”.

-Esa oración se encuentra en un texto egipcio ¡del año 1.000 a.C.!, conocido como “Oración del ciego”. Y en ese mismo texto están, también, las que luego serán las Bienaventuranzas de Jesús. Óigame: toda la teología del Antiguo Egipto asomará luego en Jesús.

-¿Sí? ¿Seguro que es así?

-Y no sólo eso: también el Antiguo Testamento (600 a.C.) está impregnado del monoteísmo del faraón Akenatón (1360 a.C.).

-Volvamos a Jesús: su concepción divina…

-La teogamia (matrimonio divino) viene de Egipto: dios engendra en una reina al nuevo faraón. Y hay un texto egipcio (en demótico) del año 550 a.C., “El cuento de Satmi”, que relata esto: “La sombra de dios se apareció a Mahitusket y le anunció: Tendrás un hijo y se llamará Si-Osiris”. ¿Le suena?

-El ángel de la Anunciación, María…

-Muy bien. ¿Le digo qué significa Mahitusket? ¡”Llena de gracia”! Y Si Osiris significa “hijo de Osiris”: o sea, hijo de dios.

-Ya… ¿Y quién es Satmi en ese cuento?

-El esposo de Mahitusket. “Satmi” significa “el que acata a dios”: igual hará luego José, llamado “el justo” por el Evangelio…

-Luego, a Jesús querrá matarlo Herodes…

-En la mitología egipcia, Seth quiere matar al bebé Horus, y su madre, Isis, huye con él: ¡como la Sagrada Familia huye a Egipto!

-¿Y el oro, el incienso y la mirra, qué?

-Los egipcios los tenían por emanaciones del dios Ra: el oro era su carne; el incienso, su perfume; la mirra, su germinación.

-¿Y los pastorcillos, qué?

-¡La imagen del buen pastor está pintada cientos de veces en templos egipcios!

-¿Y la circuncisión de Jesús, qué?

-Era ritual entre los sacerdotes egipcios. Y en el cuento de Satmi, Si-Osiris, a los 12 años, discute de tú a tú con los sabios del templo.¡Como de Jesús nos cuenta el Evangelio!

-¿Y del bautismo de Jesús, qué me dice?

-Contemple esta imagen de un sacerdote: está bautizando al faraón con agua del Nilo…

-¡Oiga, todo me lo hace cuadrar, usted!

-Todo está en antiguos textos, pinturas y bajorrelieves egipcios. Mire este, del año 300 a.C.: el rey Ptolomeo está postrado ante Isis, e Isis le dice: “Te daré todos los reinos de la Tierra”. ¡En el Evangelio,Satanás tentará a Jesús copiando esto palabra por palabra!

-¿Y qué me dice de los milagros de Jesús?

-¿Ve esta pintura de un banquete? Está en la tumba egipcia de Paheri (1.500 a.C.): escenifica la conversión de agua en vino por el faraón. ¡El mismo milagro que hará Jesús en las bodas de Caná! Y cuente las jarras…

-Una, dos, tres… seis jarras. ¿Qué pasa?

-En el milagro de Jesús, las jarras son seis. Los teólogos aún se preguntan ¿por qué seis? Pues porque se copió del relato egipcio.

-¿También el faraón hacía el milagro de multiplicar panes y peces?

-No, ese lo hizo el dios Sobk, como cuentan los “Textos de las pirámides” ¡del año 3.000 a.C! Sobk es el dios-cocodrilo, y da pescado y pan blanco a la gente de la orilla del lago Faiun… ¡Y camina sobre sus aguas!

-Ya capto, ya…

-Y una curiosidad: en pinturas góticas sobre escenas de pesca milagrosa de los apóstoles he descubierto que los peces son “tilapias nilóticas”, ¡especie que sólo está en el Nilo!

-¿Algún otro paralelismo?

-El relato de Sinuhé (2.000 a.C.): es un príncipe que teme reinar, y se va de la corte al desierto, entre beduinos y calamidades…

-¡Pero Jesús entra triunfal en Jerusalén!

-Sí: ya como “rey”… y sobre un asno. O sea, vencedor sobre el mal: el asno en Egipto era Seth, el dios que mató a Osiris y al que el hijo de éste, Horus, somete… y monta.

-¿Y qué hay de la Última Cena?

-Osiris, dios del trigo, al morir cada año permitía a los egipcios alimentarse con su cuerpo (el pan). Y en los “Textos de las pirámides” se le llama también “Señor del vino”. ¡Y Osiris da a beber su sangre en una copa a Isis, para que ella le recuerde tras su muerte!

-La resurrección y ascensión de Jesús, ¿son también calco de la teología faraónica?

-Eso mantengo: existía un ritual de “resurrección” del faraón muerto -intervenían mujeres-, tras el que “ascendía a los cielos”.

-¿Jesús reprodujo a conciencia esos patrones, o los aportaron luego los evangelistas?

-Mi tesis es otra: los Evangelios fueron compuestos por eruditos sacerdotes judeo-egipcios del templo de Serapis en Sakkara (Egipto): tradujeron palabra por palabra textos egipcios.

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