Años y años de delirios místicos. Siglos de supuestas y supuestos santos que vieron su imagen y hasta hablaron con él. Pero lo que realmente percibieron fue a su propio mundo interior cargado de deseos y necesidades. La mente puede imaginar, soñar y visualizar cualquier cosa.
La BBC de Londres, hace pocos años se ha atrevido a aproximarse científicamente al posible rostro que pudo tener Jesús, si hubiera existido. Lo ha hecho con la ayuda de un cráneo judío del siglo I hallado en Jerusalén y de tecnología gráfica digital de última generación. El encargado de la cuidadosa tarea de reconstrucción facial ha sido el prestigioso forense Richard Neave (Universidad de Manchester), que ha tratado de acercarse a la cara original que tuvo el cráneo cubriendo con capas de arcilla la calavera; una técnica que ya había empleado él mismo con éxito para identificar a la víctima calcinada de un accidente.
El resultado es el nuevo y sorprendente rostro de un Jesús con pómulos y nariz prominentes, cabello rizado y tez morena; nada que ver,con la pálida, lánguida y suave faz con que se le ha representado siempre. Según Jeremy Bowen, antiguo corresponsal de la BBC en Oriente Medio y presentador de la serie titulada El hijo de Dios, para la que ha sido reconstruido el rostro, ésta podría ser la versión más fiel. "Hay muchos varones parecidos a éste en Jerusalén. Es un auténtico judío de la zona y todavía puedes verle hoy pasear por la ciudad repetido en multitud de rostros", ha dicho.
El cráneo utilizado para la reconstrucción fue elegido por el arqueólogo Joe Zygas, miembro del grupo que inspeccionó el cementerio descubierto durante la construcción de la carretera en Jerusalén. Una vez comprobado que los esqueletos allí incluidos eran judíos por la forma en que estaban alineadas las tumbas y los objetos esparcidos por el terreno, el equipo de expertos fechó la excavación hacia el siglo I de nuestra era. Zygas escogió el cráneo que le pareció más representativo de un vecino de la época y sobre él trabajaron luego Neave y la BBC. El primero reprodujo sin problemas las cejas, la nariz y la mandíbula, que, según él, "vienen dadas por la forma misma del cráneo". El pelo, la barba y el color de la piel fueron añadidos con ayuda de la BBC, basándose en las caras de Cristo pintadas hacia el siglo III en frescos conservados en Siria e Irak. "La arqueología y la ciencia anatómica arrojan más luz que el arte sobre el posible rostro de Cristo", ha dicho Jean Claude Bragard, productor de la serie para la BBC en colaboración con el canal Discovery y France 3.